Tensado. Los cables para que frenen deben estar tensados pero no excesivamente ya que se podría bloquear la rueda delantera y caernos, o derrapar la rueda trasera.
Cómo tensar. Podemos tensar ligeramente de forma manual con los tensores que están en las manetas o en los mismos frenos. Si hay que tensar más será necesario que soltemos el tornillo que sujeta el cable de freno, tensar el cable y volver a apretarlo. Si al soltar la manilla el cable no vuelve a su sitio, es que tal vez el cable esté algo oxidado, torcido o el muelle no funcione correctamente.
Comprobación. Para ver si el freno está en correctas condiciones apretaremos una palanca de freno e intentaremos mover la bicicleta. Si se mueve quiere decir que no frena bien. Posteriormente haremos lo mismo con el otro freno.
Zapatas. Deben estar bien colocadas (sin tocar la cubierta y direccionadas al 100% a la parte plana de la llanta) y cambiarlas cuando están demasiado desgastadas.
Problemas. Si tienes un problema de éstos, revisa los frenos para colocarlos bien: si hacen ruido en la frenada la zapata puede estar mal colocada o demasiado desgastada; si nos cuesta apretar la maneta el cable puede estar torcido o quizás necesite engrasarse; si la palanca no vuelve a su estado inicial los muelles pueden estar envejecidos y han podido perder fuerza.
Obligatoriedad. Para poder circular por calles y carreteras las bicicletas deben estar provistas tanto de freno delantero como de freno trasero.