Autonomía. La autonomía de circulación indicada por los fabricantes de patinetes está estimada para circular por lugares llanos y a velocidades reducidas. Por lo tanto, en la práctica debemos calcular un 30 % menos de los kilómetros indicados por el fabricante.
Cuestas. Si para acudir a nuestro destino encontramos cuestas, tendremos que descender del patinete frecuentemente porque los patinetes convencionales no son capaces de ascender en pendientes del 10-15 %, o su velocidad disminuye notablemente. Los patinetes caros (por encima de 800 euros) no tienen este problema, pero cuidado, si superan los 25 km/h se encontrarán clasificados como ciclomotores y entonces necesitan matricula, permiso y seguro.
Tiempo de carga. Los patinetes requieren de 4 horas o más para una recarga total. Por lo tanto, si hemos realizado un trayecto largo y debemos hacer otro a corto plazo, tendremos que tenerlo en cuenta.
Posiblidad de robo. Al igual que la bicicleta este aspecto es otro de los hándicaps que tiene este medio de transporte. Este problema se soluciona con un candado apropiado. Una “U” rígida o flexible es una solución perfecta en el caso de patinetes.